Por Eli Quezada
¨Muy pronto supe que mi misión
consistiría
en salvar a la realidad de su facticidad.¨ J.P. Sartre.
No me detendré en la formulación de preguntas –lugar común-
de muchas otras, vale decir, sobre estructura, estilos y motivación poética; es
como querer indagar sobre el secreto elemento con que sazona su prosa poética,
es decir, su filigrana única… su sabor. Ningún chef del mundo cuenta sus
secretitos. Lo que podemos extraer, en esta entrevista, se los prometo, es el
pensamiento del escritor, del hombre detrás de sus retratos; quien, en
definitiva, como todo buen escritor, hace de su discurso, su espejo.
EQ…Don
Fernando, Lacan dice: ¨Le stade du miroir comme formateur de la fonction du Je telle qu'elle nous
est révélée dans l'expérience psychanalytique.¨
1.-
¿Qué nos puede
decir de este pensamiento, en relación a sus retratos, auto-retratos?
FVH.: “Yo soy
otro” (Rimbaud). Frente al espejo, se supone que debería verme
imaginariamente mejorado en mis autorretratos. Sin embargo, lo que el espejo me
devuelve es un yo complejo y conflictivo con respecto a la sociedad. Cuando
comencé a escribir los autorretratos, tuve la ilusión y la esperanza de que los
poemas envejecieran en mi lugar. Pero cada uno de los autorretratos, en los
sucesivos aniversarios de cumpleaños, me acercaba más a la muerte. El último,
lo escribí a los cincuenta y entonces paré de contar.
Con
respecto a los retratos, hacer retratos de palabras es otra manera de escribir
sobre uno mismo, y terminar haciendo autorretratos. Me identifico con los
retratos de las personas que admiro o amo: César Vallejo, Violeta Parra,
Mercedes Sosa, la Morena del Colmado, Michael Camilo, Olga Kern, Luisa Futoransky,
entre otros. Hay en cada uno una cualidad esencial a través de la cual me
conecto con ellos. ¿Sensibilidad artística? No sé.
2.-
¿Es Fernando Espejo una especie de alter ego o usted frente a un
espejo (valga la redundancia)?
FVH: Efectivamente. Fernando Espejo es mi alter
ego. Me miro frente al espejo, que me devuelve ese otro que no soy y soy. En el
Alzheimer encuentra Fernando Espejo el placer de
olvidar, lo que representa una paradoja, porque la escritura se funda en la
memoria. En el cuentema “La noche del poeta Fernando Espejo”, más que afán por
la fama, el poeta le da la bienvenida al olvido de sí mismo y de los demás para
evitar el dolor. En Rituales de la Bella Pagana, el poeta deambula
enamorado, insomne, ebrio, por los pasillos ajedrezados de un Palacio de
Espejos (“con una enorme herida luminosa”). El Alzheimer viene
a rescatar al poeta de ese amor. Hay una vocación de olvido
en Fernando Espejo.
3.- ¿Debe, el poeta, el escritor, ser recipiente, médium,
cortina de humo, bufón, o
Cronista de la sociedad en que vive?
FVH: Si hablamos
de compromiso, pienso que el primer compromiso de un escritor es escribir bien.
Luego viene la libertad de palabra, que no haya una coacción por parte de
ningún poder. No se trata de tener un mayor o menor éxito, de vender la mayor
cantidad de libros u obtener los más codiciados galardones. El poeta debe morir
en cada poema y con el mismo propinarle un hachazo en la sien al lector –pienso
en Kafka-. El poeta debe convertir en visible lo invisible, trascender la
mezquindad y crecer en su humanidad.
4.- Particularmente
creo que el mundo está cansado de las malas noticias, y que las artes siempre
han sido un medio catártico para sobrevivir al estrés. ¿Qué es lo real y lo
irreal, en su obra, en su vida?
FVH: En el poema “Scrivo”, el yo
poético expresa: “Escribo/para escapar de los sueños/al verso que madura/con
perfume de cosa dulce y podrida/
y se convierte en
realidad/”. Esto parecería
una contradicción, porque se ha hablado del arte como escape de la realidad o
como catarsis, pero lo que el emisor quiere expresar es que la poesía funda su
propia realidad. Los sueños se han convertido en pesadillas y sólo queda “la
vasta realidad del poema”. En el sueño habita lo Real (el inconsciente). De
nuevo, Fernando Espejo quiere olvidar lo Real y despertar en el poema.
5.- Leyendo su
grandiosa y multifacética obra he podido disfrutar de su metáfora sinestésica.
De su amor por la naturaleza, por la mujer, su amor al amor. A la música. A las
frutas, al color, al arte… Erick Fromm, declara en su famoso libro El
arte de amar· que: “…el amor es creador”, -que potencia la acción
creativa. ¿Es el escritor, el poeta, un ser que ama, que siente mucho? Su
concepción del amor.
FVH: En Rituales de la Bella Pagana, que es un
poemario sobre el amor, encontrarás muchas definiciones del mismo: « El
amor es un dulce hechizo de felicidad en la bruma silenciosa en que nos
reinventamos a cada instante », « …es una luminosa herida de la que
brota el tiempo transfigurado en palabras ». El amor es ….
« conocimiento. . . el amor es
también una salvación, es infinito y aun imposible, es una catástrofe, es una
muerte lenta, segura, es una patología del tiempo y la palabra, es tiempo y también
religión, es también una patología trivial del lenguaje, es como el vino, un
suave merlot de pausada euforia, es el alcoholismo de los amantes, es un furor
que se consume en su propia llama…. » Más que amar, el poeta quiere
ser amado y ofrece en la palabra precisamente aquello de lo que carece: amor.
El amor como salvación es una propuesta idealista que potencia al ser humano en
la escritura.
6.- Por tanto, si se ama mucho, se tiende a desilusionarse
mucho. ¿Es el dolor, materia prima de los escritores? Su concepción del dolor.
FVH: En la tragedia clásica griega, el actor, a través de
lo que se denominó anagnórisis, aprendía, encontraba su identidad, a partir del
dolor. Hay quienes sólo sufren pero nunca aprenden nada ni saben quiénes son.
Si aprendes a escuchar tu dolor y lo transformas en arte, entonces el dolor se
convierte en materia prima. En el cuentema “Anagnórisis” de Elogio de las
salamandras, el narrador expresa lo siguiente: “Hay gente que sólo sufre,
pero nunca aprende de su dolor. El desamor de una mujer, la súbita pérdida de
la vista, la muerte de un hijo, el genocidio de tus coterráneos en una distante
frontera, el diagnóstico de cirrosis en tu verde hígado, pueden, de alguna
manera, iluminar tu vida”. Luego, hay una epifanía en el dolor. Eres, si se
quiere, la suma de tus “luminosas heridas”.
7.- Escindes en tus letras, en algunos de tus versos a la
idea de ser un enviado, un ícono, un ejemplo de algo o de alguien. ¿Quieres
ampliar de lo que se trata?
FVH: Algunos poetas
(Neruda, Mir) se erigieron en voceros del pueblo sin que el pueblo los
nombrara. Es por lo que respondo, y gracias por acordármelo, en un poema de Retratos: "No vengo de parte de
nadie porque no me han nombrado vocero de grandes multitudes”. ¿Por qué
escribo? Para escapar de los sueños, ya lo he dicho. Creo que aunque el poeta
deba hacer visible lo invisible, como parte de su responsabilidad frente a sí
mismo y a la sociedad, el poema no ofrece soluciones reales, sino imaginarias.
Vallejo fue diferente: escribió desde su dolor individual el desgarramiento
social.
8.- Volviendo a la sinestesia, ¿Son los grandes poetas
–malditos- si se quiere, fuertes referentes en su obra? (Rimbaud, Baudelaire, Verlaine). Si
quiere ampliar sobre el surrealismo.
FVH: Muy acertada tu pregunta. Cuando allá por los remotos
años de mis estudios de letras en la UASD (1974-1982), conseguí una edición
bilingüe de estos poetas y como en esa época también estudiaba francés, la
lectura-traducción-comparación fue para mí una maravillosa revelación. Como
además estudiaba música, comprendí que la eufonía, el ritmo y la musicalidad en
el verso serían cruciales en mi poesía. Al surrealismo llegué, en la poesía, a
través de Federico García Lorca, y en el cine, Luis Buñuel. Por supuesto, a
Breton, Apollinaire, Éluard, Artaud... los leí, poco pero bien. Encuentro en el
surrealismo la posibilidad de articular en mi escritura ese mundo onírico que
durante tanto tiempo me ha atormentado: la contradicción, lo disímil, lo que no
tiene relación en el mundo visible.
9.- Hablando de referentes. ¿Qué prefiere leer? ¿Qué lee
ahora?
FVH: Mis lecturas van desde teoría literaria, pasando por
crítica cultural, marxismo y sicoanálisis, hasta novela y cuento (pocos) y
poesía (mucho más)... Mis preferencias han cambiado. En una época me propuse
leer todos los cuentos que pudiera conseguir. Fue la época de Bouvard y
Pécuchet que compartí con mi amigo el lingüista y poeta Juan Byron. También leí
muchas novelas clásicas: latinoamericanas, españolas, francesas y rusas.
Actualmente, prefiero leer poesía. En estos días estoy leyendo al poeta israelí
Yehuda Amichai y al irlandés Seamus Heaney. Estoy leyendo, para mi curso
“Imagen, música, texto”, el libro Códigos del color: Teorías modernas
del color en filosofía, pintura y arquitectura, literatura, música y sicología
de Charles A. Riley II. Estoy leyendo también La poesía del pensamiento
de George Steiner para un ensayo que me han solicitado. En fin, con la preparación de las clases
durante el semestre, no tengo mucho tiempo para leer textos que no sean
académicos, por lo que aprovecho las navidades y el verano para leer. Acabo de
regresar de Santo Domingo, donde me pasé un año sabático de investigación. Pude
leer bastante durante todo ese año.
10.-Parafraseando a Sartre, en el hecho de -¨no ser
necesario o excedente¨- y aunque, luego de leer varias de tus obras, creo saber
la respuesta… pero el público no… finalmente, ¿escribe para ser necesario?*
¿Cree que la obra artística otorga cierta eternidad a su creador?
FVH: Ars longa vita brevis. La vida se agota,
queda la palabra, la palabra en mí. Creo en la escritura como concreción del
pensamiento. Cuando un lector hala un libro mío del anaquel de una biblioteca o
lo descarga en su computadora y me lee, allí se abre un diálogo que actualiza
mi pensamiento. A la vez, mi obra es parte de otro diálogo más amplio con
algunos escritores contemporáneos y con otros del pasado. De alguna manera soy
parte de una constelación de voces que pasaron y voces que quedaron. En mi
escritura habita todo lo que he sido y no he sido. A través de mí, como un
ventríloquo, hablan también mis muertos.
EQ:
Simbiosis de temas de la realidad
real o imaginaria, contrapunto en sol mayor de una surrealidad onírica: el
poeta. Constructor de ensayos de investigaciones exhaustivas del hombre de
letras, del académico comprometido con
la historia: el pensador. El buscador de verdades. Inquisidor de contenidos que nos invitan
siempre a profundas reflexiones…Fernando es sinestesia total por no decir
eclipse y catarsis, pensamiento y razón, ilusión y verdad… su verdad retratada
en su obra, mientras dice “La vida se agota, queda la palabra, la palabra en
mí.” Esto es leer la obra de Fernando
Valerio Holguín* y trascender a su pensamiento. No se equivoca en su
arranque Wildeano de querer rejuvenecer a través de sus RETRATOS. Ciertamente,
tu palabra siempre quedará.
J. Lacan. ¨Le stade du miroir comme formateur de la
fonction du Je telle qu'elle nous est révélée dans l'expérience psychanalytique
J. A. Marina. Laberinto Sentimental. Anagrama. Barcelona,
1996, pp. 112 cita a Sartre, Los cuadernos de guerra, y la Náusea.’
*Algunas de sus obras: Viajantes insomnes, -cuentos-
1982.Poética de la Frialdad, crítica- 1997. Memorias del último cielo, -novela-
2002. Café Insomnia, -cuentos-2002. Autorretratos, poesía- 2002. Banalidad
posmoderna, -crítica-2006.Las eras del viento, poesía,-2006. Los huéspedes del
paraíso, novela, 2008. Los rituales de la bella pagana, -poesía- 2009.
Retratos, -cuentos-2010. Elogio de la Salamandra, cuentos. poemas, 2011.
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